Panadería La Espiga ^🇪🇸

Siempre suelo ir a comprar el pan a la otra panadería que tienen en Marqués del Nervión aunque hoy me pillaba más cerca y decidí probar en esta. Me atiende un chico, le pido que me ponga un pan de avena, lo mete en una bolsa de papel marrón y la pone sobre el mostrador. Le pregunto el precio me dice que vale 2'30€ y le digo que no lo quiero, que voy a elegir otro. Me responde: antes de elegir el pan pregunte mejor por el precio que este no es un pan cualquiera de supermercado, lo saca de la bolsa y la tira de malos modos tomando otra nueva para servirme de nuevo. Yo no había tocado la bolsa ni mucho menos el pan (si lo hubiese hecho me hubiera quedado con el pan obviamente, pero no fue así). Compro otro tipo de pan que escojí y me despido diciéndole: ¡Gracias, muy amable!. Me llego a la otra panadería que tienen en la calle Marqués del Nervión y pregunto por el dueño pero me indican que no está. Le comento el incidente a una empleada la cual me informa de que es el hijo del dueño. El hecho de que sea el hijo del dueño no le da derecho de tratar así a un cliente. Desde luego a parte de grosero no es muy inteligente, ya que aunque se estén haciendo de clientes y tengan 2 establecimientos, esta no es la manera de conservarlos. Una experiencia lamentablemente.

No merece la cola insufrible que hay que soportar. Suscribo el trato desagradable del hijo de los dueños. Te suelta una fresca a la mas minima. Hay que ser mas humilde y pensar que vives de los clientes. En la otra panaderia de la misma familia son mas amables, sobre todo las empleadas. Un cliente contento lleva mas clientes, clientes descontestos restan 10 clientes por lo menos. Hay que cuidar mas la atencion en mostrador.

El Pan excepcional y Gonzalo muy agradable, atento y servicial. Si señor, mi panaderia preferida en Sevilla.

Gran variedad de panes.

Esta experiencia es de hace 2 meses, que erróneamente escribí en otra panadería y que ahora escribo aquí, que es donde corresponde. Muy decepcionado. He comprado aquí muchas veces pan y empanadillas, ambas cosas muy ricas. Sin embargo, el otro día compré una empanadilla argentina que al llegar a casa tuve que tirar, ya que la carne estaba en mal estado, hecho que le comuniqué al mismo dependiente (chico de 1.70m pelo negro y unos 20 y poco, lo aclaro para que no digan que miento) que me la vendió, cuya respuesta fue que sería debido a la exposición al sol, pero en ningún momento me ofreció otra empanadilla en compensación por venderme un producto en mal estado. Hay que cuidar más a los clientes o los perderán, como ha ocurrido en mi caso.